mente universal

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sábado, 25 de junio de 2011

EL RELOJ INTERNO


Se sigue pensando, con algo de mística, que el fenómeno del reloj biológico se debe a algún extraño poder mental que poseen aquellos quienes automáticamente se despiertan a la hora indicada casi por arte de magia y sin usar algún artefacto eléctrico o a pilas.

Lo cierto es que este mecanismo se debe a la producción de una hormona llamada melatonina, que es segregada por la glándula pineal y que se ubica en el centro del cerebro. La producción de esta hormona es inhibida por la luz y estimulada por la oscuridad, por lo tanto su liberación está directamente relacionada a las horas de exposición del día y de la noche, es decir al ciclo circadiano.

La glándula pineal fue considerada por René Descartes como la sede del alma, allá por el 1616, quizás porque está conectada con los ojos que son las ventanas (del alma) que se cierran al dormir y se abren al despertar. Se la considera también como el centro del “chacra de la coronilla” por los hindúes y yoghis. En la tradición hebraico-cristina es el lugar de encuentro con Dios y para los chinos es el sitio por donde entra la energía en el meridiano del hígado.

Es necesario saber que el despertar por las mañanas no es algo que ocurre al azar, todas las personas, animales y plantas que habitamos este planeta estamos regidos por el sol, y de alguna manera nuestra vida y existencia gira en torno a él, por lo tanto nuestras rutinas de descaso por la noche tienen su lógica.

Lo más llamativo sea quizás la exactitud con que este reloj funciona, casi por arte de magia mis ojos se abren a la hora señalada y unos pocos segundos después, el despertador suena con ese sonido tan desagradable, probablemente el más feo de todo el día, confirmando la hora indicada. Ahora bien, si es tan exacto y preciso, porque seguimos confiando el los artefactos a pilas o eléctricos, será porque es preferible confiar en lo artificial que en nuestra propia naturaleza?...


Fuente Ricardo Gonzáles “Tierra Firme 2012”

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