mente universal

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lunes, 14 de noviembre de 2011

REVIVIENDO VIDAS PASADAS


Si la teoría de la reencarnación existe diríamos que nuestro cuerpo sería una especie de envase que aloja un alma reencarnada en nuestro cuerpo, que evidentemente cumple una misión en este planeta y que posteriormente pasará a otra persona y así sucesivamente.

Si esto es así, porqué entonces seguir sosteniendo la idea religiosa de que el fin de nuestros días termina cuando nuestro cuerpo lo hace, será que es preferible negar lo que no podemos comprobar o es mejor seguir insistiendo en la idea de que somos el centro del universo.

Hoy en Argentina y en muchos países se practica la “terapia de regresión a vidas pasadas” como un tratamiento terapéutico alternativo en psicología, que mediante la hipnosis se lleva a la persona a un estado de relajación profunda y allí el paciente transita a través de sus vidas anteriores para así resolver supuestos conflictos o traumas de sus vidas pasadas, como también conocer las lecciones que tuvo que enfrentar y sus experiencias.

Es interesante saber que todos podemos llegar de manera distinta a estos estados y se ha comprobado incluso relatos sobre la vida intrauterina, sobre historias contadas en lenguas antiguas e incluso algunos se animan a afirman que su alma proviene de otro planeta.

Brian Weiss, uno de los pioneros en esta técnica afirma que “la terapia de vidas pasadas es una prueba científicamente comprobada de que la reencarnación existe. Por lo tanto nunca morimos, nuestra alma es inmortal y la muerte es sólo un paso entre una lección de vida y otra”.

Este tipo de terapia resulta útil para resolver problemáticas actuales, ya que posibilita retroceder en el tiempo y revivir la escena original que originó los síntomas y continuar comprendiendo la relación que existe con la problemática actual. Un dato parece ser claro, a este mundo venimos a cumplir una misión, seamos conscientes o no de ello.

1 comentario:

  1. yo creo que la vida, en todas sus formas, se presenta y desarrolla de la misma manera; como una flor por ejemplo: nace de una semilla, crece, se desarrolla, llega a su plenitud, se marchita y muere... para siempre.

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